Entre municipios y comunas de Traslasierra, junto a a la Agencia Córdoba Turismo, salimos hoy a degustar y también conocer en profundidad la Ruta del Vino de Traslasierra. Invitamos a los comerciantes gastronómicos de Nono y en total se sumaron a la propuesta 18 comerciantes locales, que fueron acompañados por el director de Turismo.
Este tour tiene como objetivo generar vínculos en la cadena de comercialización, ofrecer nuevos productos y generar valor agregado a los productos ya ofrecidos desde las cartas gastronómicas de nuestros restaurantes, comedores, bares, paradores y rotiserías de Nono.
Hubo degustaciones de vinos y una rica picada. Además una charla con especialistas para que puedan conocer el desarrollo de este producto que tiene un alto y positivo impacto en la región.
Traslasierra suma un periplo creciente y significativo a los caminos del vino en Córdoba y en el país. Con un clima y un suelo similares a los cuyanos, las seis bodegas del valle ofrecen todo el año una interesante opción a los visitantes. Además de visitas guiadas y degustaciones, en algunos casos gratuitas, en casi todos los establecimientos los excelentes vinos vienen acompañados de distintos atractivos: alojamiento, gastronomía, arte, esparcimiento, artesanía, ecología, senderismo, actividades rurales y –siempre– paisaje. Un lugar especial ocupan producciones vecinas como las de quesos de cabra y aceite de oliva.
“De 15 bodegas que hay en Córdoba, seis están en Traslasierra y tres en San Javier. Aquí el crecimiento del enoturismo es notorio. Quienes saben de vinos saben que tienen que venir al valle; este atractivo y el del senderismo nos ayudan a desestacionalizar”, dice Leonardo Rodríguez, director de Turismo del municipio de San Javier-Yacanto.
Las seis bodegas abiertas al público se hallan en un recorrido de 25 kilómetros, en el valle medio. La mayoría resurgió con este siglo en una tierra que antiguamente produjo grandes vinos, y algunas prueban aún cuáles son las cepas que mejor se expresan en cada contexto.
Todas han demostrado inversión, constancia, esfuerzo y calidad, con una producción que en un 80 por ciento se vende en origen. El malbec transerrano suena cada vez más, y hoy es frecuente encontrar los vinos locales en los restaurantes de la zona, como un punto de diferenciación.Visitar cada establecimiento implica un placer distinto. A un planteo arquitectónico y artístico de perfil rústico de los espacios se suman sorpresas para los sentidos. También impresionan las inversiones y el compromiso de los emprendedores.
Mención aparte merecen los enólogos mendocinos contratados en la zona, algunos destacadísimos, como Matías Michelini o Federico Zaina.